.Puente.

Soy un puente. Parte de la distancia entre el quiebre y el inicio. Un momento alegre lleno de cambios. La antesala de la acuarela de colores que se avecina. Un espacio inseguro de expectativas y necesidades. Un espejo de tus deseos. Reflejo en mi rostro el tramo que tu corazón necesita sentir. Bajo el margen de las idas y vueltas, más la suma de cada recuerdo que exige volver a él con miradas intermitentes. Vemos el final de la ruta al frente de nuestros ojos. Soy un puente. Soy el espacio que llena una transición, que no deja más que un simple bosquejo de una ilusión profusa. Una idea sublime que se cobija en suaves almohadas de calor. Ese tramo que juzga pero cede. El espacio perfecto para olvidar culpas y superar impulsos. El puente termina y la era del silencio nos provee de frío. Caer paso a paso en notar que la ruta lado a lado ha terminado. Comenzar nuevamente, bajo la silueta de las memorias que no llegan a albergar de buena manera, este tan complejo y a la vez simple puente. Ese espacio del cual pretendía poseer algo de si, se ha teñido de la indiferencia que el tiempo tan sutilmente, sabe otorgar. Indiferencia que nos retrata. Indiferencia que firma el final del tramo.

.3 Libras.

Te lancé a lo obvio y volaste con eso en tu espalda, un nombre en tu recolección Lanzada entre un millón de iguales Es difícil no sentirse un poco decepcionado y olvidado Cuando te observo directamente Viendo tu obvia desnudez Y tu no me ves pero te lancé a lo obvio Solo para ver si hay algo más detrás de los ojos de un ángel caído, Lo ojos de una tragedia. Aquí estoy esperando solo un poco Demasiado del herido Pero veo, veo a través de todo veo a través y te veo a ti Y así, te lancé a lo obvio Para ver que ocurre detrás de los ojos de un ángel caído Ojos de la tragedia Oh, bien, al parecer nada...al parecer nada totalmente. Tu no me miras Ni siquiera me miras

.So?.

Te entierras a ti mismo. Expiras los plazos y cavas cada centímetro de tu espacio. Crees respirar cuando te asfixia el aire que impusiste a tu alrededor. Siembra cientos de dudas, y cosecha miles de almas devastadas. Abraza tus impulsos de una vez, y respóndete sobre que realmente quieres y eres. Más que eso, no queda nada. Sólo construcciones que necesitan estructurar y cimentar el suelo bajo tus pies. ¿Y que si perdemos todo sabiendo que siempre valió la pena? Las señales confunden. Tú dices lo que quieres decir, mientras escucho lo que quiero entender.